Echa los frutos rojos en una cazuela y ponla a fuego bajo, unos 20 minutos, hasta que se queden muy blandas.
Tritura con la batidora.
Añade las semillas de chía y mezcla con la mermelada. Déjala en la nevera mínimo 4 horas y cogerá una consistencia más gelatinosa porque se habrán hidratado las semillas de chía.
Notas
Yo hago esta cantidad y congelo en botes pequeños de cristal.